Las Ninfas



Cotorras originarias de Australia (Nymphicus Hollandicus; familia de los psitaciformes, también llamadas carolinas) que poco a poco van haciéndose su espacio como mascota dentro de nuestros hogares.

Son aves exóticas, de entre 30 a 33 centímetros y 80-100 gramos de peso, que nos han cautivado por su color, su forma simpática y su carácter especial. Sobre todo nos llama la atención la cresta que sobresale en su cabeza que nos dice mucho sobre su estado de ánimo.

El macho es de color gris, más oscuro en las plumas de las alas y más acentuado aún en las plumas largas de la cola. Por el contrario, la hembra, aunque presenta unas tonalidades similares a las del macho, el color amarillo de la cabeza ocupa una menor extensión.

Son muy dadas a encariñarse con los humanos tanto que pueden preferir nuestra compañía antes que la de otra ninfa. Son muy sociables y amistosas pudiendo aprender a silbar alguna melodía corta ya que son buenas imitadoras. Su longevidad es de veinte años.


Para sus cuidados debemos prestar especial atención a su jaula pues hay muchos factores que le pueden perjudicar y debemos evitarlos. Además, si somos cuidadosos podemos hacer que la estancia de nuestra mascota allí sea más entretenida y divertida. Limpiaremos su jaula y retiraremos los restos de excrementos (facilitan la aparición de enfermedades), colocaremos elementos para que el animal se distraiga y ejercite como perchas, barras, balancines…Otro aspecto a considerar en su tendencia a picotear la jaula por lo que esta debería ser de un material resistente.

La alimentación es sencilla, a base de alpiste, la avena o el mijo. También de forma dosificada podemos añadir fruta como manzanas. La verdura, lechugas o acelgas, sería un complemento equilibrado en su dieta.

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